Pero el retiro de Bill Gates ocurre en un momento delicado para el gigante estadounidense, cuyo modelo económico, los programas informáticos pagos, se muestra vulnerable. El grupo acaba de perder la oportunidad de comprar Yahoo!, número dos del mundo en materia de publicidad en Internet y debe encontrar otras vías para desarrollarse en ese sector. Una diversificación decisiva, ya que el futuro es incierto para sus dos principales fuentes de ingresos: el sistema operativo Windows, que hace funcionar a más del 90% de los ordenadores del mundo, y los programas Office (Word, Excel, Powepoint).
Esos productos le suponen la casi totalidad de su beneficio operacional. Para Windows, la última versión, Vista, a la venta desde fines de 2006, suscitó una avalancha de críticas y sólo progresa lentamente: Microsoft apenas vendió 150 millones de licencias, ya que muchas empresas prefirieron conservar el XP, la versión precedente.
Pero no solo las novedades no han convencido, sino que Vista se reveló incompatible con muchos programas y periféricos.
Microsoft debió incluso aceptar temporariamente seguir suministrando Windows XP, pero dejará de hacerlo el 30 de junio.

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